S.O.S Divorcio: cómo afrontar una separación?

divorcioTomar la decisión de casarse con alguien con la idea del “juntos para siempre” no es fácil. Una vez que se ha dado el primer paso, la pareja debe ser capaz de desarrollar un proyecto de familia y de estimular y fomentar el crecimiento de cada miembro de la familia. Es un reto muy grande que, sin lugar a dudas, implica mucho esfuerzo. Lastimosamente, muchos no logran cumplir el sueño de ser “felices para siempre”, pues los lazos que mantenían unida a la pareja se rompieron. Aceptar que el “para siempre” llegó a su fin es doloroso para ambos, aún más si existen terceros que se verán afectados por la decisión de la pareja, los hijos. Este artículo tiene el objetivo de compartir con ustedes los “primeros auxilios” que se deben tener en cuenta cuando se enfrenta una separación.

Enfrentar una separación y un eventual divorcio es difícil. Todos los miembros de la familia van a verse afectados, unos más y otros menos, dependiendo del tipo de relación que se mantenga y de la manera como los padres manejan la situación. Según Giménez de Abad (2008), es el nivel de conflicto dentro de la pareja lo que más afecta a los hijos durante esta crisis familiar. .  

  1. Reconocer que el divorcio es parte de un proceso

Normalmente las parejas que terminan divorciándose han pasado por una fase de pre-ruptura, en donde han podido percibir las primeras dificultades en la comunicación. Muchas de las veces, a estas dificultades no se las considera importantes, por lo que tampoco se intentan resolver. Con el pasar del tiempo, el conflicto crece y se da una verdadera toma de conciencia del mismo. En este punto, la pareja puede decidir reparar su relación o dar paso a la ruptura. Con la ruptura inevitablemente se afronta un duelo. Un duelo por la pérdida de un ideal de familia y un proyecto que no pudo ser llevado a cabo. Quienes se encuentran en esta etapa, suelen atravesar por las mismas fases que se presentan cuando fallece un ser querido; de cierta forma, es la muerte de la relación la que se enfrenta. La ruptura de la pareja generalmente da paso al divorcio propiamente dicho. Si bien todo el proceso es difícil, el reto se complejiza cuando se debe crear una nueva organización familiar. En el siguiente cuadro podemos observar las diferentes fases:

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Obviamente, no todas las parejas cumplen este ciclo, algunos repiten ciertas fases, otros permanecen anclados en una o más de ellas. Lo que podemos asegurar es que existen muchos miedos en torno al divorcio, sean ligados al futuro individual o al de los hijos. Darnos cuenta que estamos en este proceso nos permite tener una idea sobre qué esperarnos y qué podemos hacer, sobre todo si estamos atascados en una fase. Además, nos ayuda a comprender que lo que sentimos es normal y esperable.

  1. Ser conscientes de los efectos de la separación en todos los miembros de la familia

La familia, en especial los padres, son los referentes más importantes para los niños. Vivir en familia les permite desarrollar autoconfianza y a adquirir nuevas destrezas. Los lazos con sus padres les permite sentirse seguros en el mundo y aprender a relacionarse con los demás. Por lo tanto, el divorcio pone en riesgo este importante aspecto de la vida de un niño, sobre todo si el proceso no es sano, es decir, donde los hijos se ven inmersos en discusiones y conflictos de lealtades.

Los niños, especialmente lo de más pequeños, tienen un tipo de pensamiento muy simple y concreto, es decir, para ellos las cosas son buenas o malas. Este tipo de pensamiento, junto a su tendencia al pensamiento mágico -pensar que ellos provocan las situaciones-, puede llevarles a pensar que son los culpables del divorcio de sus padres y a sentirse responsables de juntarlos nuevamente. Cuando se dan cuenta que esto no es posible sienten angustia, tristeza, frustración, un fuerte sentimiento de abandono y culpa.

Como afirma Gimenez de Abad (2008), “una separación acarrea siempre la pérdida del estilo de vida acostumbrado, distorsiona la imagen de uno mismo y afecta la relación con los demás”. Algunos niños, por ejemplo, pueden desarrollar angustia de separación, es decir, un miedo intenso a ser abandonados. Otros pueden reaccionar tratando de establecer alianzas con uno de los progenitores, intentar mantenerlos juntos, etc. En general, el rendimiento académico de los hijos suele verse afectado y pueden desarrollar síntomas depresivos y problemas de conducta.

Obviamente en una familia no solo son los hijos quienen sufren las consecuencias de un divorcio. Si bien, en muchos casos, el divorcio puede estar ligado a una sensación de alivio debido al clima de tensión entre la pareja, esto no quiere decir que no existan consecuencias a nivel individual. Los adultos pueden enfrentar problemas como: depresión, rabia, ansiedad, sentimientos de culpa y en los casos más severos: alcoholismo u otros trastornos físicos y mentales.  

Saber que la separación afecta a todos los miembros, nos permite normalizar nuestras emociones y las de nuestros hijos. Reconocer y aceptar el dolor, la incertidumbre y los miedos permite buscar maneras adecuadas para sobrellevarlos e incluso nos permite reconocer cuando el sufrimiento es demasiado grande y buscar ayuda. No pensemos que el divorcio es fácil e indoloro, no debemos presionarnos, ni presionar a nuestros hijos, para estar bien; debemos respetar nuestros tiempos y nuestras emociones.

  1. Asegurar el bienestar de los hijos

Afrontar el tema del divorcio con los hijos es muy difícil, ya que deben lidiar no solo con el dolor de perder a la pareja y también acompañar a los hijos en su dolor. De ahí que, en muchos casos, este paso suela ser aplazado  lo más que se pueda. Independientemente del periodo cuando se comunique a los hijos, es importante recalcar que el rol de padres no termina con la separación, los hijos deben ser siempre la prioridad en la familia; por lo tanto, el bienestar de los hijos es y será lo más importante que cautelar. Todas las decisiones deben tomarse en función de su bienestar. Estas son algunas pautas básicas a considerar:

  • Una vez que la pareja ha decidido que van a separarse es importante comunicar a los hijos. Cabe recalcar que no se debe apresurar en inmiscuir a los hijos si aún no se está totalmente decididos.  La comunicación debe ser clara para evitar confusiones y deben ser repetidas cuantas veces sean necesarias. Recordemos que es difícil de aceptar que ya no van a vivir con uno de los padres, así que necesitarán tiempo para procesar toda la información. Otro punto clave a considerar es que ser “claros” no implicar poner a los hijos en medio de luchas de poder o comunicar detalles íntimos de la pareja.  
  • Decidir si la noticia la darán juntos o separados, y como van a afrontar el tema. Tener claro cómo cambiarán las rutinas para los hijos para que puedan ser comunicadas al momento justo.
  • Reconocer la tristeza y acompañarlos en el dolor que genera el no vivir con papá y mamá en la misma casa; es decir, favorecer una comunicación abierta sobre el divorcio, donde los hijos puedan preguntar y expresarse libremente.
  • Aclarar que la decisión fue tomada por los padres y que los hijos no tuvieron nada que ver con los problemas de pareja, así mismo aclarar que ellos no pueden hacer nada para remediar esos problemas.
  • Estar alertas si los hijos se muestran “demasiado maduros o independientes” pues puede ser que sea una señal que están tratando de no ser una carga para sus padres.
  • No hablar de parejas nuevas cuando se comunica la separación. Esperar a que procesen primero la separación para luego hablar sobre nuevos miembros de la familia.
  • Propiciar la relación con papá y mamá por igual. Los hijos necesitan a sus padres, y el divorcio es de la pareja no de los hijos.
  1. Asegurar su propio bienestar.

Uno de los retos más grandes que tienen los padres y madres es enfrentar la soledad que acarrea la separación y el divorcio. Si bien es importante que los padres puedan seguir adelante y no quedarse estancados en una relación, es necesario que se den el tiempo suficiente para procesar y superar el duelo del divorcio. Es muy común que, debido al miedo a la soledad,se inicien prematuramente relaciones amorosas que conllevan a nuevas rupturas y más sufrimiento. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudar a los padres y madres que están pasando por un divorcio:

  • Cuidarse a sí mismos al mismo tiempo que cuidan a sus hijos. Enfrentar un divorcio no es fácil, surgirán emociones fuertes, inseguridades y sentimientos de culpa, que podrían impactar negativamente la autoestima de ambos. Buscar ayuda profesional si sienten que no pueden sobrellevar el divorcio solos.
  • Encargarse de las tareas del hogar y la crianza de los niños solos se volverá complicado. De ahí que es muy importante que, a pesar de no ser más una pareja, los padres recuerden que siempre van a ser padres, por lo tanto compartir responsabilidades puede aligerar los sentimientos de soledad, culpa y fracaso.
  • Favorecer y fomentar encuentros con el progenitor que no vive en casa (en casos de maltrato esto será tutelado por otras instancias).
  • Los temas económicos hablarlos solo entre adultos, dejar a los niños fuera de estas discusiones que no son su responsabilidad.
  • Aclararles que ustedes van a ser siempre sus padres, así no vivan juntos.
  • Evitar hacerlos sentir responsables de su felicidad o tristeza, ya que muchas de las veces los niños se encuentran en  medio de “lealtades” que nos les permiten disfrutar de sus padres.
  • Si existe una nueva persona sus vidas, es importante comunicar esta noticia cuando estén seguros de la  estabilidad de la relación; de lo contrario, corremos el riesgo que los hijos establezcan un nuevo vínculo con la actual pareja y que si se da una separación deban pasar nuevamente por otro duelo. También es necesario darles tiempo para adaptarse a la nueva situación familiar, al inicio pueden sentir ansiedad y miedo de estar “traicionando” al otro progenitor si aceptan a la nueva pareja. Nuevamente, tener una comunicación abierta puede ayudarles a sobrellevar este fase.

El divorcio genera sufrimiento y requiere de un esfuerzo compartido de la pareja para superar el dolor de toda la familia, sobre todo de los hijos. Comportándonos de una manera adulta y respetuosa podremos hacer que el impacto de nuestra decisión de separarnos sea menor en nuestros hijos.  

Referencias:

Gimenez de Abad, E. (2008) Hablemos del divorcio: Sugerencias para padres que se separan. Editorial Paidos, Argentina.


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