La llegada del hermanito o hermanita: cómo manejar los celos entre hermanos?


Los celos entre hermanos son normales y también son una oportunidad extraordinaria para el crecimiento. La emoción en su base es el miedo. El miedo a perder el amor de mamá y papá. Por lo tanto, al igual que todas las emociones, este miedo debe ser reconocido y aceptado como una emoción normal. De esta manera, los niños aprenden a expresarlo y manejarlo adecuadamente.

Si, por el contrario, esta emoción no se reconoce, puede crear un comportamiento agresivo, con consecuencias a largo plazo. De hecho, algunos estudios muestran que las personas muy celosas a menudo no podían expresar sus celos y su agresión cuando eran niños, y como resultado no saben cómo manejar estas emociones en la adultez.

Prepararse como familia para la llegada del hermanito o hermanita puede reducir los temores de los primogénitos. Aquí algunas ideas:

1. Habla con tu hijo, quizás la ayuda de un libro a cerca de todos los beneficios que se obtienen al no ser hijos únicos puede facilitar la comprensión y aceptación. Es de suma importancia que involucres a tu hijo en todo momento, comenzando con el embarazo, así se sentirá parte del proceso, reduciendo el temor de estar solo. Puede ser útil además que el recién llegado traiga un «regalo especial» al hermano o hermana mayor el día del nacimiento. No olvides tener siempre alguna «sorpresa» en casa para cuando tus amigos o familiares traigan regalos al nuevo bebé (y no al hermano mayor).
2. Dale un rol en casa, así se sentirá «importante» y útil. Enfatiza el privilegio de ser un hermano mayor. Si se trata del tercer hijo, se puede reafirmar el rol de primogénito y enfatizar que el segundo se convertirá en “hermano mayor” por primera vez. A parte del rol que adquieren con la llegada del hermanito, es importante que cada uno tenga un rol en la familia que recalque sus cualidades individuales.
3. No compares a tus hijos entre sí o con otros niños. Este comportamiento genera sólamente inseguridad y rivalidad.
4. El amor se multiplica, es cierto. Los celos entre hermanos tienen su origen en el temor de tener que compartir el amor de mamá y papá con un recién llegado. Por eso, siempre tienes que reasegurar a tu hijo que lo amas incondicionalmente y que eso no va a cambiar nunca.
5. La división de juguetes es importante, para dar la oportunidad de aprender a respetar las cosas que no son suyas, así como el espacio y la particularidad de cada niño. Poner los juguetes de cada uno y los comunes en cajas diferentes (por ejemplo) les permitirá darse cuenta que no tienen que “renunciar” a todo. También es una excelente forma para aprender a negociar.
6. Optimiza tu tiempo y garantiza un tanque lleno de amor y atención para todos en casa. Involucra a tu hijo tanto como sea posible en las cosas de casa, aprovechando al máximo su ayuda. Para asegurarle tu amor y atención, organiza actividades especiales con cada niño, claro está que ellos deben escoger qué hacer. Esto fortalecerá el vínculo con papá y mamá, así como también aumentará su autoestima y la confianza en sí mismo y en los demás.
Una vez que el bebé haya llegado, vigila estas señales de alarma para identificar si sus celos son más intensos de lo esperable y buscar ayuda de un profesional:
Regresión a un estado más infantil (en el lenguaje, hacerse pipí en la cama, no querer comer solo, etc)
Agresión hacia los padres;
Agresión hacia el bebé;
Apego excesivo al recién llegado; para mantenerse de alguna forma como centro de atención.
Retiro emocional (deja de comer, comienza a tener trastornos del sueño, habla e interactúa poco con los adultos, parece desinteresado en el juego familiar, etc.).
Qué podemos hacer? Si reconoces estas señales, puedes utilizar alguna de estas estrategias:
1. Ignora el comportamiento problemático para no reforzarlo. A cambio, reconoce y refuerza los comportamientos deseados mediante elogios, sonrisas, abrazos.
2. Ayúdalo a comprender que lo que está sintiendo es perfectamente normal (dar sentido a sentir)
3. Castiga sólo cuando tenga comportamientos peligrosos (los castigos deben ser proporcionales al daño y explícitamente pactados de antemano mediante la construcción de «reglas familiares»). NUNCA USAR CASTIGOS FÍSICOS. Se debe ser constante y consistente. Entre los castigos aceptables tenemos: prohibir el uso de tablets por un tiempo definido, no mirar TV, uso de tiempo fuera. Si tienes dudas sobre cómo usar un castigo déjame un mensaje o consulta con otro profesional para que te ayude a establecer reglas familiares claras y las consecuencias al romperlas.
4. Interferir lo menos posible en la relación entre hermanos. Intervenir solo si existe un peligro real o no se respetan las «reglas familiares». La relación entre hermanos nos ayuda a aprender a socializar con nuestros pares, a negociar, a solucionar problemas, básicamente, nos prepara para vivir en sociedad. Si no permites que tus hijos solucionen sus conflictos, los estás privando de una parte esencial para su desarrollo.
5. No culpes al mayor con la justificación de que es el más grande y debe ser más «inteligente» o “debe ceder».
6. Sé paciente, escucha a tu hijo. Dale oportunidades para expresarse.

Si tienes dudas o si las conductas agresivas o su aislamiento no mejoran con estas estrategias, contacta a un psicólogo que podrá guiarte paso a paso para ayudar a tus hijos a tener una relación sana.


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